OSCAR VELÁSQUEZ NARVÁEZ
Llegó Semana Santa 2021, y además de ser la segunda etapa de días santos en pandemia, los cambios culturales cada vez son más claros, mientras en épocas anteriores estábamos en estos momentos saliendo a disfrutar de misas, procesiones, visitas a iglesias, otros a vacacionar o mejor a visitar iglesias en sitios turísticos, a compartir con nuestros amigos de barriada, practicar deporte callejero o en las canchas de la ciudad, visitar familiares que hace mucho tiempo no vemos, darle descanso a nuestras madres de los quehaceres de la casa, los y las que trabajan descansar de las oficinas, visitar discotecas los días santos o simplemente descansar en casa escuchando música, leer o ver televisión y los que no son católicos, cristianos y demás, descansar al son de una buena música o hacer algunas de las cosas que compartíamos sin saber qué pensábamos unos y otros, es más, ni nos importaba.
El viernes antes de semana santa, la discusión era con los profesores para que no nos pusieran tareas, pues se interponía con lo que íbamos a hacer en los días santos, y si había tareas la decisión era hacerlas o el sábado antes de iniciar el ciclo vacacional o el domingo de pascua por la tarde, lo importante era disfrutar de esta semana, después miraríamos que hacíamos con las notas.
Nuestra historia nos dice que cada año el periplo católico disminuía en su esencia, cada vez fuimos menos a las iglesias, las procesiones ya no eran tan atractivas, aquellas amigas o amigos que nos motivaban a ir a rezar cada vez eran menos, los papás y las mamás ya no eran tan exigentes con lo religioso y los curas regañaban menos, por lo tanto, nos fuimos convirtiendo en católicos pasivos unos, cristianos otros o no creyentes lo demás.
Esta historia ha tenido su punto más alto, ahora en pandemia, donde ya no necesitamos disculpas para no ir a misa, es que ya no hay misa, los creyentes debemos mostrar la verdadera esencia de creer en ese ser supremo, como lo dice la biblia ”en el rincón de tu cuarto ora y acércate a Dios”, ya no hay necesidad de pararnos en los andenes a mirar los santos, que con su movimiento con buen estilo se pasean por las calles recordándonos que Dios existe, ni comprar los velones en la puertas de la iglesia para prendérselos a la familia divina y pedirles que el milagro se nos dé. La salida a vacaciones de los colegios inclusive se pide que haya clase, que pongan tareas, pues estar sentados en la casa al frente del computador o del televisor viendo las películas de Moisés, la pasión de cristo y otras historias religiosas, no son de mucho agrado.
Recordar aquellas épocas nos trae alegrías al cuerpo y a la mente, recordar que para ver las procesiones corríamos a ocupar puestos de privilegio, en los balcones de los amigos por donde pasaban los santos en la cra 7 o cra 8, otros osados madrugaban a las fuentes de soda como Fuente Azul para sentarse tomándose una cerveza o en la cámara de comercio (antigua) y ver al obispo declararnos su amor católico, o nos tocaba en el tumulto empujando o no dejarnos empujar para poder ver y no faltaba el maldadoso jalándole el pelo a los de adelante o haciéndole cualquier cantidad de maldades.
Ni qué decir cuando acababan las procesiones e irse a comer empanadas de pipos, o papitas a la francesa de whoper (cámara de comercio), o la tan famosa mil-hoja de la lucerna, o si la plata era poca tocaba comer perro al lado del caldas, que eran más baratos, eso sí, con jugo de lulo y cebolla picada a montones, y después ir al parque Olaya a bajar mangos, esto o recoger para tomar una cerveza en Puerto Rico, La Fania, Fuente Azul y unos afamados bares en la séptima con 27-28 o 29, la cerveza era más barata y existieron mucho antes que el Pavo.
Volviendo al presente, llevamos más de un año sentados al frente de un PC ya sea trabajando, estudiando, viendo Netflix, Disney+ o cuanta aplicación ha salido para seguir al frente de la pantalla, y la verdad nos preguntamos, ¿estamos laborando, estudiando, disfrutando o escondiéndonos de ese virus que nos encerró?
Pero debemos seguir en esta dinámica, y ver que pasará con la humanidad, vienen las vacunas, la recuperación social y económica, o ¿acaso sólo estamos quietos tratando de sobrevivir y esperando que el mundo cambie?, ¿estamos preparados para sacar adelante esta mal llamada crisis?
Aprovechemos estos días de descanso y pensemos, actuemos y preparémonos para la etapa pos-pandemia, preparemos nuestro cuerpo físicamente para salir de este encierro, revisemos el PC para continuar y que nos alcance la gasolina para llegar al final, lavemos los tapabocas, recuperemos nuestro hogar, en fin, muchas cosas por hacer, porque en verdad el tiempo se agota y debemos aprovechar lo que nos queda.
Los que ya tuvieron el virus, los que no lo han tenido, los que ya se vacunaron y los que no, nos queda la responsabilidad de seguir, de actuar en pro de nuestra tranquilidad física, mental, moral, social y económica, creo que ya es hora de actuar, hagámoslo.
Ahora que llega la vacuna, hagamos equipo con ella, sigamos cuidándonos, y seamos vigía de unos de otros, Cuidémonos, busquemos distanciamiento, no nos quitemos el tapabocas, el COVID sigue por ahí. La pandemia todavía no se ha acabado y de nuestro comportamiento depende el bienestar de todos.
Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al link https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1
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Profe siempre tan buen escritor. Que bien artículo. Muchas gracias por compartir 😊😊☕☕
ResponderBorrarGracias por leerme y por el mensaje.
BorrarEs indudable que van cambiando las costumbres. Hacer más consciente de esta organización de obediencia sacral, que se en cuenta en un alto pico de corrupción. Y mirando y estudiando sus purpurados en un estado de putrefacción. Donde se miren al espejo las doctrinas que enseñan de derriten del asombro y una sorpresa acomodada por el silencio de sus seguidores... Y si por esto lates llueve por el lado de los otros "DIVINOS" no escampa. Pulula la mercadería de la fe en sus centros de engañadero. Ya no podemos ver cómo veíamos antes. Y esta realidad hay que incidir para cambiar. En una educación en ética ciudadana para que abandones sus organizaciones de quienes dicen tener el aval de un dios imaginario, LOS HOMBRES CREYENDO OBEDECER A DIOS OBEDECEN AL SACERDOTE, AL PASTOR, AL ELDER Y HASTA EN RELIGIÓN POPULAR... AL BRUJO.
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